Vino Rancio Casa Mariol

9,95 €
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Vino rancio seco de Casa Mariol, combina tanto con quesos secos y fuertes como con dulces tradicionales y pasteles. Envejecido en botas de roble de gran capacidad que mantienen sus soleras desde el año 1945. Amplio y licoroso, tiene una acidez fresca y con un final largo y persistente. Post gusto a frutos secos y crema quemada. Botella de 1 litro.

Cantidad

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Vino rancio procedente de una base de vino blanco de uvas seleccionadas cosechadas en estado de maduración avanzada. Envejecido en foudres (botas de gran capacidad) de madera de roble, donde se conservan con las lías del mismo vino rancio desde el año 1945.

Graduación alcohólica: 15% vol.
Temperatura recomendada de consumo: 17º C.
Botella de 1 litro.

Nota de cata del Vino Rancio Casa Mariol
Vista: Color oro viejo con ribete caoba y reflejos ámbar.
Nariz: Aromas a caramelo, pasas y cedro, con notas de nueces verdes y membrillo.
Boca: Es amplio y licoroso, y tiene una acidez fresca, con un final largo y un post gusto a frutos secos y crema quemada.

Maridaje: Combina muy bien con un buen jamón de bellota, quesos secos y quesos azules. También con pasteles y dulces artesanos típicos de las fiestas tradicionales.

La Bodega Mariol
Nacer en un bonito pueblo medieval rodeado de viñedos y en una casa donde históricamente se elaboran vinos, condiciona todas las decisiones que se toman con respecto lo que quieres hacer en la vida. Así les ha pasado a las diferentes generaciones que desde hace más de un siglo viven y trabajan en Casa Mariol.

En Batea, la viña y el vino son una religión y Casa Mariol un hogar de devotos feligreses. Los habitantes del pueblo viven en casas construidas desde hace siglos para almacenar vino y arrullan los campos como si se tratara de sus jardines.

Los orígenes
A la hora de hablar de los orígenes de Casa Mariol, los términos se pueden confundir y el organigrama empresarial deviene pura genealogía. Como sociedad nació en 1945 y fue creada por Josep Maria Vaquer y Bes. En su casa siempre habían elaborado vino y Josep María empezó a comercializarlo con su flamante Opel Blitz, y los vinos del Mariol de Batea llegaron a Reus y Barcelona. En las bodegas de la ciudad empezaba a ser común encontrar garabateado en sus botas el nombre de Batea. En los años 60, la elaboración de vinos dejó de hacerse en la casa familiar y se construyó una bodega moderna. En 1971, Josep María murió en un accidente laboral en plena vendimia, y cogió el mando en Josep Vaquer Aguiló, el hermano mediano, que se casó con Emilia Llop de Casa Ramos, otra familia de agricultores y bodegueros de Batea. Ambos, con Josep en la gestión y Emilia a la producción, comenzarían una nueva etapa en la bodega.

En los 80 instalaron la primera embotelladora de la comarca y comenzaron a importar Cabernet, Merlot, Chardonnay. A mediados de los 80 elaboraron el primer monovarietal Syrah reserva de España.

A los 90 ampliaron la bodega y las instalaciones, y en el 2000 entró una nueva generación en la bodega: Josep María y Marta, nietos del fundador, que abrieron un nuevo centro de embotellado en Móra la Nova, unas instalaciones que se serán clave para poder ofrecer unos vinos de calidad a un precio más competitivo de manera que pudieron empezar a exportar a Europa.

La actualidad
En 2010, los hermanos Mariol unifican las marcas de la empresa creando un estilo propio y lanzan la actual colección de vinos llamada, como no podía ser de otra manera, Casa Mariol. Para el nuevo milenio, los Mariol tienen grandes retos; entre otros, seguir siendo una familia dedicada a la viña y al vino. Tienen como herencia el saber hacer vinos de calidad a buen precio y tienen muchas ganas de predicar su manera de entender el vino por todas partes; el suyo es un amor religioso por el vino, por lo que hacen y por lo que son.


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