17-4-20 El maldito Covid19 se ha llevado al queridísimo Pepo, de Uve-i Vinaters, uno de nuestros proveedores y prescriptores que siempre nos da buenos consejos. Pepo era el dependiente de la tienda. Cuando iba, siempre estaba atento a lo que necesitaba, siempre con una sonrisa en los labios, siempre risueño y de buen humor. Servicial a más no poder.  Siempre encontraba los pedidos a punto y preparados minuciosamente, en cajas con separadores porque sabía que venía con la furgo y él velaba para que las botellas no tintinearan entre ellas en el maletero. Repasaba minuciosamente las etiquetas de los vinos para que no tuvieran ningún defecto, y los albaranes siempre estaban a punto, porque sabía que siempre iba con prisa. De vez en cuando caía alguna botellita de muestra para probar alguna novedad, casi siempre vinos excelentes a muy buen precio. Cuando me entretenía mirando alguna de las novedades, salía a la calle a vigilar la furgo para que no me la multaran, y siempre tenía una palabra, un chiste o un comentario para reír un poco. Su subida de cejas acompañada de esa sonrisa constante en los labios es de aquellas que te queda en la memoria para siempre. Pepo era la amabilidad en persona. Gracias, Pepo, por todo lo que nos has dado mientras estabas entre nosotros. Dicen que mientras una persona no se olvida, no muere de verdad. Y te aseguro que no te olvidaremos.

Marta Molina
El Celleret de Marta