VITES VETERES BLANCO

Elaboración:
Los viñedos donde viven estos Pansal y Picapoll son viñedos de más de 30 años, de terreno arcilloso-calcáreo con bancales abundantes de pizarra gris y férrica. La vendimia se realiza manualmente en el mes de septiembre.

La uva Pansal fermenta y se cría en barricas de 500 l de roble francés de tostado medio durante 5 meses, por lo que "no marca" excesivamente.

El Picapoll se macera durante 24 horas, se sangra y fermenta en depósito de acero inoxidable con temperatura controlada, remontados cada 12 horas.

El resultado es un blanco denso y con cuerpo, con un buen equilibrio entre aroma y cata.

Nota de cata del vino blanco Vites Veteres:
Vista: Lágrima con buena densidad, señal de que el alcohol está muy bien integrado.
Nariz: Aromas balsámicos, tropicales y maduros.
Boca: denso y con cuerpo, con sensaciones minerales y afrutadas.

Temperatura de consumo: 7-9 ºC.
Graduación alcohólica: 13%

Producción limitada
Recomendamos abrir la botella 30 minutos antes de servirla.

Maridaje: Arroces, Carne blanca y roja, Quesos curados

Gran Añada nace en 1997 de la mano de 2 enólogos inquietos y despiertos, enamorados del buen vino y del buen saber hacer: Marià Bigordà padre y Marià Bigordà hijo. Juntos, deciden realizar proyectos propios aprovechando la infraestructura de cada bodega, tanto en el viñedo como en las instalaciones de las bodegas.

Los Marianos les emocionan los proyectos diferentes y exclusivos. Su religión es no hacer un producto más, sino ir amasando, poco a poco, cada proyecto, cada terruño, cada cosecha y cada proceso de elaboración. Esta minuciosa implicación desde el minuto 0 les permite obtener como resultado unos vinos y unos cavas diferentes, de aquellos que no se encuentran.

22 proyectos en 15 zonas
Actualmente trabajan en 22 proyectos diferentes repartidos en 15 zonas distintas de la península. No se dejan llevar por el prestigio de una DO o de una bodega, sencillamente observan la viña y el terruño, ya partir de ahí comienzan a trabajar en lo que acabará siendo un vino o un cava excepcional.

El terruño y la cepa
Parten del terruño, buscan un buen terreno ya plantado de viña a partir de ahí inician lo que acabará siendo el vino creado y elaborado por los Bigordà. Buscan cepas diferentes, como un Cariñena del Montsant que tenga un pequeño rendimiento y por tanto una muy buena calidad, o un Verdejo fuera de la DO, de un terruño con unas características muy concretas, aunque tenga un rendimiento por hectárea más bajo lo habitual. O un Chardonnay o una Garnacha que te dejan en “fuera de juego” por su calidad en el viñedo, o un cava en el que el carbónico “hace la siesta” en el epitelio de la lengua… En definitiva, van a contracorriente, y cuando todo el mundo busca más producción por hectárea, ellos nos buscan menos, porque saben que en el bote pequeño está la buena confitura.

Producciones limitadas
Trabajan siempre desde el sentimiento y la pasión, con sensibilidad por la tierra y por la naturaleza pero también por las personas y por los materiales. No buscan en cualquier caso grandes volúmenes ni de productos ni de personas, y mucho menos de ventas. Su máxima es no realizar nunca proyectos que superen las 2.500 botellas, y por eso no vienen al por mayor, sino que trabajan con pequeños clientes, a menudo clientes finales, que comprendan su proyecto y lo sepan valorar cómo ellos lo hacen.

Exclusividad
No encontrarás ninguno de los productos de Gran Añada en las tiendas. Sólo podrás degustarlos en restaurantes de calidad, como Can Jubany, Fonda Xesc, Casals, Skina o Clos Madrid entre otros. O en el Celleret de Marta, claro! ;-)